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jueves, 5 de noviembre de 2015

J de Journey to Los Angeles

Hola, lector@s:

No he muerto. Estoy aquí. Tras un maratoniano parón debido a circunstancias personales que, algún día os explicaré, retomo la actividad en este nuestro querido blog. Y nada más y nada menos para contaros una experiencia vital que he vivido este verano, un viaje soñado por todas las que hemos visto más de mil veces Pretty Woman, a Los Angeles. Pasear desde el Beverly Wilshire

 hasta el cartel de Beverly Hills....

Por toooodo Rodeo Drive.

Lujo a todo tren. Escaparates de infarto...

 ...y una estupena visita a Tiffany´s en la nueva sección de Rodeo Drive, Vía Rodeo, que me hizo sentir una súper estrella de Hollywood ya que, tanto los encargados, como las dependientas, se mostraron súper amables en todo momento.

Esta es, sin dudarlo, la cara bonita de Los Angeles. Lo que nadie nunca os ha contado es que Rodeo Drive tiene un lado que sorprende positivamente y otro negativamente. Al verme allí, me sorprendió que las calles tienen olor a perfume. Es impresionante el hecho que, una calle al completo, tenga un olor tan placentero. Por contraste, como una imagen vale más que mil palabras....
Impacta ver algo así bajo un cartel de Armani, ¿verdad?

Una ciudad de grandes contrastes, grandes lujos contra grandes miserias. Supongo que, en general Estados Unidos es así pero se cae un poco el mito de Rodeo Drive. Pero como siempre prefiero quedarme con lo bueno, me quedo con el momento de entrar en la calle y aspirar el perfume del lujo, el perfume de las grandes fortunas, el perfume de la riqueza. Aunque yo seguiré prefiriendo el perfume de las personas a las que quiero que, para mi, es mucho más dulce y vale mucho más que todo lo que contiene esta famosa calle.

Como nota anecdótica de este viaje, decir que @cynthiasdream tiene su propia calle en Los Angeles...

Buenas noches, amig@s

@mayteguequi



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